El atropellamiento masivo que implicó la muerte de Maribel Mercado (52 años) la noche del domingo 21 de enero pasado en las inmediaciones del Estadio Corona no sólo proyecta el funesto escenario de una desgracia irreparable. También refleja el establecimiento de un circuito de colusión organizada para interpponer barreras de información sobre la actuación policial. Un seguimiento del caso a lo largo de seis meses exhibe mediante pruebas documentales la falta de rendición de cuentas y una excesiva dosis de opacidad por parte de las autoridades implicadas en el operativo especial de seguridad: la Policía Municipal y la del Estado; el Ejército Mexicano y la Guardia Nacional.