La pelota quedó a la deriva en el manchón penal y de la nada apareció un tornado concebido para inyectar espirales de violencia. Aquello fue lo más parecido a una tolvanera humana tumultuaria, sobrecargada de chingazos y mentadas de madre. Mujeres y hombres por igual. Un terregal de lucha súper libre sin reglas ni códigos, artillado con inmisericordes bombardeos a base de palos, piedras y rebosantes caguamas.
Más informaciónEmocionante final de una épica batalla en el cuadrilátero del Templo de la Lucha Libre de Gómez Palacio, Durango.
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